martes, 24 de septiembre de 2013

El Jardín Olvidado



Royal Botanic Garden



Hoy tocó visita al Royal Botanic Garden de Sydney, al cual Irene me había dicho que fuera, prometiéndome que sería un lugar bonito, y como es bien conocido por todos, Irene nunca miente. Además la página web del lugar decía que hasta la 1:00 pm había unas visitas guiadas, lo cual me decantó por la visita. Por supuesto llegué puntualmente a las 3:00 pm, eso también lo habré aprendido de Irene, jejeje. 

Yo iba con la simple expectativa de encontrar un lugar más en Sydney que visitar, el típico lugar como la Opera House o Harbour Bridge entre otros. Aquí, como en todas las ciudades del planeta, los monumentos están masificados de turistas haciendo uno detrás de otro la misma foto. Harbour Bridge recibirá unas 300 fotos al minuto o más, la Opera otras 600... Lo mismo pasa en Madrid con Alcalá o con la Plaza Mayor. Los que me conocen saben me que me gusta la Arquitectura Patrimonial mucho, pero no desde un punto de vista turístico, sino desde uno histórico. 

Así que, retomando la historia, a primera hora de la mañana ( 2:30 pm) me acerqué al embarcadero de Darling Harbour; me costó encontrar el embarcadero, de hecho casi me enrolo en un barco turístico que solo valía $40 y que también llevaba a Circular Quay (mi destino) solo que en vez de tardar media hora tardaba dos. Finalmente, en el embarcadero 3, pude tomar mi Ferry con destino a Circular Quay. El sistema de ferrys es como el metro de Madrid, te sacas tu ticket con destino a blabla, pagas, obtienes una tarjetita y con eso pasas unos tornos, y voilà, ya estás dentro del embarcadero.

Como podéis ver el barco tiene 3 niveles, dos de pasajeros y el del capitán, que constantemente se asoma a la ventanilla para controlar distancias o gritar cosas inaudibles, como conductor de autobús. El ferry dio varias vueltas, 7 paradas hasta llegar a Circular Quay, área donde se encuentra la Opera, el puente y The Rocks, una de las zonas antiguas de Sydney que pronto tendré que visitar más detenidamente. Por supuesto en CQ puedes encontrar todo tipo de performances, aborígenes tocando el didgeridoo, ruedas de salsa, al señor pintado de dorado manteniendo la pose, etc... Por supuesto el paseo por la bahía fue de lo mejor, para ser tan temprano el sol calentaba y yo me senté en la zona de arriba para asarme mejor, tipo parrilla-bus de Sevilla. Las vistas desde la bahía son inmejorables, el skyline es muy bonito y lo mejor de todo: la brisa. Hay que decir que no todo lo que nos encontramos en Sydney son rascacielos, y ni mucho menos es lo más bonito, los otros lados de la bahía también pertenecen a Sydney y son aún más bonitos, con parques y apeaderos de lo más chulos, pero esa zona la dejo para otra vez


Harbour Bridge y Opera House

Skyline



Media hora más tarde me encuentro en la entrada del Jardín Botánico, frente a un cartel que me indica la dirección de al menos 7 lugares, entre ellos la casa del Gobernador. Y por qué no, vamos a hacerle una visita. Así que empezamos por la casa del Gobernador. El señor Gobernador Macquarie se construyó tal casa:



Por supuesto es gratuita la entrada y el ticket incluye una visita guiada de 40 minutos por todo el palacio. Yo pensé que mejor lo dejaba para otro día, que ya eran las 4 y tenía que ver el resto, esto solo era el comienzo. Para los curiosos os dejo un mapa del jardín donde podréis observar su pequeño tamaño(http://www.rbgsyd.nsw.gov.au/__data/assets/pdf_file/0011/119576/SITE_MAP_OH.pdf)

Tampoco os puedo contar mucho más porque hay cosas que hay que visitar uno, sentirlas y vivirlas. Solo os pregunto, si alguna vez visitasteis el Real Jardín Botánico de Madrid, ¿Qué recuerdo guardáis? Algo similar a un secarral mal cuidado que encima costaba 4 € y que nadie visita nunca. Pues esto es lo que hay en Sydney.












Me quedo con la sensación de paz, la eficiencia en la gestión del parque y su belleza.


sábado, 21 de septiembre de 2013

Las Party Boats

En Sydney también hay fiesta


Estamos finalizando la primera semana en Sydney. 8 días sin descanso en el que solamente me he dedicado, despacio y con buena letra, a abrir cuentas bancarias, activar mi nuevo número móvil Australiano, Tax File Number, descubrir el camino más corto desde mi piso a la academia, desde mi piso al supermercado más barato y más cercano, hacer el curso de RSA (Responsible Service Alcohol) y muchas más cosas aburridas pero necesarias.

Y de qué mejor manera para terminar tan "dura" semana que en una fiesta sobre un catamarán alrededor de la bahía de Sydney. Las party Boats no son más que un negocio en el que uno alquila un barco (http://www.legendcruises.com.au/?page_id=122) y lo llena de gente que paga al final por el barco cuatro veces lo que en un principio pagó. Gana el del barco. Gana el de la fiesta. 

En mi caso el barco salía de un embarcadero en Darling Harbour, muy cerca de mi casa, a las 4 pm y se suponía que su regreso sería sobre las 8 pm. Durante todo este tiempo estaríamos dando una larga vuelta en la bahía. La entrada, para los curiosos, fue de $20. Como veréis en las fotos fue muchísima gente y para desgracia nuestra, una cerveza Coronita, llegaba a costar hasta $10. Solo me bebí una y no más.

Barco fiesta

Dónde está Wally

Mis flatmates

No puedo negar que lo pasé bien, no es que yo sea muy discotequero, pero hice nuevos amigos. No paré de hablar con la gente, lo cual ayuda bastante a ir ganando fluidez. Por otro lado el viaje fue bastante bonito, con unas vistas entrañables, aunque por enésima vez visité en una semana la misma zona. Eso no me quitó las ganas de sacar este genial retrato.

Opera House y Harbour Bridge

lunes, 16 de septiembre de 2013

Primeras y otras impresiones


Primer Día (Madrid-Dubai-Singapur-Sydney)

A veces uno toma decisiones acertadas, otras no. Hacer dos escalas lamento que no fuera una de ellas.

La primera fue en Dubai International Airport. Me sorprendió enormemente lo gigante y moderna que era la Terminal. Y cuando ya iba con la boca abierta de la tecnología punta y acabados de la leche llegué a la zona comercial. Ahí empecé a babear tanto que uno de mantenimiento iba detrás mia con la fregona. Todas aquellas marcas lujosas (top rated 10+) que os podáis imaginar sin control. Opulencia y desparpajo, un descontrol inusitado, asientos que te masajean mientras esperas a que tu vuelo embarque pasajeros, carritos de golf portando príncipes árabes a 70 km/h por la terminal, el infinito de la locura. Y cuando despegas y el avión por fin te permite ver la ciudad lo primero que ves es la siguiente panorámica: (esta foto no es mia)


Es una ciudad surgida de la nada, en la que aún hay camiones a destajo arrebatando km2 al mar a base de volcar toneladas y toneladas de arena. Y luego, te das cuenta de que la ciudad entera se construyó sobre un desierto. Y punto.


Inicio del primer día

16 horas después pisaba tierra Aussie.
Y 28 horas después me despertaba con un Jet-Lag de la leche.

Inicio del segundo dia

Eran las 2.15 p.m. cuando me desperté de la cama. Parecía que la cabeza ya no me daba vueltas. Ya no tenía sueño y me sentía con fuerza de salir a la calle. Tazón de cereales y ducha para terminar de despejarme. Esta fuerza innata acabó en un paseo de 4 horas desde mi casa hasta Opera House y vuelta por Hide Park.

CBD desde Pyrmont Bridge

Barangaroo

Barangaroo 2

Harbour Bridge también llamado "La percha"

Casas nada caras... con su propio embarcadero

Harbour Bridge 2

Opera de Sydney desde Circular Quay

Real Jardín Botánico

Westfield Tower en Market St.
Finalmente uno llega a su casa exhausto. Con una sobredosis de emociones. Pensando que esta ciudad que mezcla tan bien lo urbano con lo humano merece de verdad la pena. Sus calles abiertas, su gente de todos los sitios y a la vez de ninguno. Solo echo de menos dos cosas. Que llegue ya el verano, y la más importante, una esposa con la que descubrir estas maravillas

Fin del dia 2 en Sydney (Pyrmont)


miércoles, 11 de septiembre de 2013

Las últimas 24 horas

Hoy he decidido que mi paso por Australia no puede quedar impune. Que debo dejar escrito todo lo vivido, y qué mejor forma de hacerlo que desde internet.

Y no encuentro mejor forma de expresar lo que siento, a 24 horas de estar sobrevolando el planeta dirección a mi primer destino: Sydney que con un poema de Antonio Machado

Caminante, son tus huellas
el camino y nada más;
Caminante, no hay camino,
se hace camino al andar.
Al andar se hace el camino,
y al volver la vista atrás
se ve la senda que nunca
se ha de volver a pisar.
Caminante no hay camino
sino estelas en la mar.


Antonio Machado (Proverbios y cantares)